jueves, 8 de diciembre de 2011

Divina comedia


Pongo este fragmento del primer canto del infierno de Dante porque  habla de  una situación oscura donde siempre hemos estado todos cuando algún problema  ha hecho que nos perdiésemos pero al final  conseguimos salir.

A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado.
¡Cuán dura cosa es decir cuál era esta salvaje selva, áspera y fuerte que me vuelve el temor al
pensamiento! Es tan amarga casi cual la muerte; mas por tratar del bien que allí encontré, de otras
cosas diré que me ocurrieron.
Yo no sé repetir cómo entré en ella pues tan dormido me hallaba en el punto que abandoné la senda
verdadera.
Mas cuando hube llegado al pie de un monte, allí donde aquel valle terminaba que el corazón
habíame aterrado, hacia lo alto miré, y vi que su cima ya vestían los rayos del planeta que lleva recto
por cualquier camino.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Proyecto la voz a ti debida

Este texo es el que he leido en la primera prueba del proyecto hemos leido a una mujer maltratada una expriencia increible. Aprovecho para decir que nuestro grupo a sido escogido para participar en la tercera edición de el concurso con acento en Sevilla en febrero aqui os lo dejo. A un olmo seco de antonio machado de su libro campos de castilla.

  A UN OLMO SECO
  Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.